viernes, 27 de marzo de 2009

Profanaciones

¿Te profano el silencio aunque sea desde este paralelo del espacio?

Un hurgueteo sin pudor ni prolegómenos, porque acá estoy viciándote el cautiverio.

¿Y quien soy con estos pétalos empapados para decir quién sabe qué acerca de qué fatales moralinas obligadas, que las murallas no sirven, que las soledades, que los mutismos, que los llantos onfálicos, las centrípetas concupiscencias y otros blablaes silvestres…?

El cielo se chorrea a gotones cortazarianos, tan melancólico y contingente como un gato mojado en un umbral.

¿Que epifanía podría milagrear semejante invitación al desamparo?

¿Qué sabotaje sacrílego sería injertarle un optimismo?

Una tentación insoslayable a desmitificar a los prohombres, a quitarles los andrajos de inocencia a las esperanzitas negadoras, a cantarse las muertes no nacidas y sentirse pellejo ralo y desnutrido. Consumido por el vicio del colmillo insaciable

el que se autoprofagia ensanchandose las malicias

que vampirizan las culpas

que jibarizan las glorias viejas

que ……

Un carretel de malos augurios, devaneo tiránico en el martirio dulce….

Una redención explotada desangrada putrefacta redención implorada y no…

Un látigo drenando en el zarpazo tanto espanto acumulado y carcomido…

Escabrosa hagiografía de los fracasos empolvados y los por si acaso prolijamente planificados.

Por una noche sola y legitimante se pandemiza la desolación y nos competimos las bajezas sin misericordia en los ases de las mangas, ni profetas lúdicos, ni limbos con puerta trasera al cielo salvador.

¿En semejante páramo me atrevería a una palabra sermoneada que contradiga su invitación a la pregunta existencial?

No … sería un desperdicio, un abuso inmoral sobre el derecho del ser a acunarse por una vez su indecible contingencia.



desde mi, tambien llovida.